Hoy ser día agotador. Tengo un amigo peruano narrador de cuentos que está haciendo una súper gira por Europa. Ya me había contado que estaría pisando Paris y le ayudé con alguna información básica que quería saber. Además, obviamente, me invitó a su espectáculo y prometí ir. La cosa es que llegó ayer por la tarde a Paris y cuando llamó a la persona que lo iba a alojar la única respuesta que tuvo fue “accidente…no hospedar” o algo así.
Gracias a las maravillas del Facebook, pues coincidimos como a las 9 de la noche de ayer. Él se conectó con la computadora que se compró hace 2 días en Portugal y agarró internet gratuito (lo cual es rarísimo) en un chifa al que lo invitó un pata peruano que, al darse cuenta que también era peruano, lo invitó. En resumen, mi pata narrador de cuentos estaba en urgencias pues su opción más seria era dormir en el parque. Bueno, quizás no tanto pero no tenía nada claro, pero sí tenía una laptop consigo, una maleta, plata y algo de miedo de esta ciudad casi desconocida para él.
Fui a su encuentro y durmió la noche acá. Se queda hasta el viernes. Como felizmente estoy de vacaciones, hoy hicimos un gran día de turismo. Caminamos todo el día. Comenzamos en la torre Eiffel, luego fuimos a ver algo de Paris desde una Biblioteca con buena vista. Después de la obligatoria parada en el McDonalds (ya llevábamos como 2 horas caminando) llegamos al local donde mañana contará cuentos. Las chicas del sitio muy buena gentes y amigables. Él estaba loco por ir al café donde se filmó la película “Amelie”. Y lo encontramos. De hecho, cuando estuvo Sayuri por acá pasamos por ahí mismo pero sin saber la historia del lugar. Bueno, ahora, ese paseo tiene más sentido. Caminamos y caminamos y vimos muchas otras cosas más. Hemos llegado al depa a eso de las 11 pm. Largo día pero bonito.
Lo curioso es que nunca fui muy amigo de este pata y, es más, él trabajó para un profesor que se me prendió a raíz que le rescindieran el contrato en Incagro. Nos juntó el facebook y ya.
Bueno, la siguiente novedad ya no es novedad. Luego de varios intentos pude acceder a mi cuenta del Interbank! Qué maravilla. Me sentí como en esos concursos donde hay que abrir una bóveda con una combinación oculta. Qué pena que el premio no sea un millón de dólares en mi caso.