Después de varias semanas les escribo un mail. Es cierto que hace tiempo no lo hacía pero también es cierto que desde que empezaron los estudios mi vida está tan agitada como la de un caracol hibernando (si ya sé que no lo hacen).
Hoy, por fin, me llegaron mis regalos por mi cumpleaños. Muchas gracias y no me queda más que decir que fue una grata sorpresa. ¿Cómo sabían que quería esos libros? Tres de los libros estaban envueltos como regalos y cada uno tenía el mensaje de cada uno de ustedes (cada uno en idioma distinto). Chévere. Leí primero el que estaba en inglés y pensé que eran mensajes predeterminados. Leí el segundo, en francés, y pensé lo mismo pero ahí vi una gracia. Luego el mensaje en castellano ya me convenció que todos fueron originalidad de cada uno.
Además de esta novedad, lo más interesante que pasó hoy fue que nevó. Sí, nieve. Solo una vez en Huancayo estuve frente a la nieve (un nevado cuyo nombre no recuerdo, pero hasta hubo una pequeña avalancha). Diría que había una capa de hasta unos 4 centímetros de una nieve bastante blanca y bonita. Será la primera vez que pasaré navidad con nieve y será, por fin, lógico tomar chocolate caliente para calentarse y no para sudar. Caminar por la nieve es una experiencia muy bacán pues es como si caminaras sobre talco.
Claro, cuando la novedad pasa ya puede ser algo molesto pues hay que pisar con cuidado para evitar resbalarse. También, a medida que pasan las horas, la nieve se pone marrón por las pisadas de la gente y el paso de los carros. Además, te moja la ropa y te cae en la cara. Hace más frío…y bueno, pero estaba en que la nieve era bacán. Algunos empezaron a hacer bolas de nieve y tirárselas, así como quienes no tenemos nieve vemos que sucede en las películas. Camino a la universidad crucé por los Jardines de Luxemburgo (grandes jardines con su casa más) y los limpiadores empezaron a tirarse nieve. Les tomé una foto y luego uno me tiró una bola de nieve que felizmente esquivé. Me pareció muy bacán (por supuesto, porque no me cayó la vaina helada esa) pues creo que es algo que difícilmente pasaría en Perú. Me refiero al contacto (confianza, acercamiento o como quieran llamarle) entre alguien que se encarga de la limpieza de un lugar público y alguien que camina por ahí.
Ya estamos a menos de 0 grados de temperatura y el frío se siente. Dicen que son unos vientos de Siberia que han influido en este cambio. Por eso hoy me puse mi pantaloneta de algodón debajo de mi pantalón y fue como tener calefacción interna. Ufff, se siente rico y te calienta bastante aunque ahora siento que mi piel no respira.
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